Entrevista | Nuria Climent (2/4): ABN
⇨ «Los algoritmos convencionales se basan en las cifras […]. Y al trabajar por columnas es fácil que el niño pierda la idea del número completo. Sin embargo, esta y otras dificultades derivadas del trabajo por columnas no aparecen con el ABN».
⇨ «Los algoritmos que se enseñan en ABN se pueden personalizar: el niño que necesita hacer más pasos lo hace en más pasos y el que es capaz de hacerlo en menos pues lo hace en menos. Y esto es muy importante, porque uno de los grandes problemas de la escuela, no solamente en matemáticas, es la estandarización».
⇨ Climent también señala sus puntos débiles, como el hecho de ser un método que se centra en la aritmética: «creo que es peligroso que se vuelva a poner el énfasis en la aritmética: ya tenemos suficiente».[adsense_hint]
Introducción
Nuria Climent es profesora titular del área de Didáctica de la Matemática en la Facultad de Educación, Psicología y Ciencias del deporte de la Universidad de Huelva, y tiene ya a sus espaldas una dilatada carrera como investigadora y docente. Su línea de investigación se centra en la formación y el conocimiento del maestro para la enseñanza de la matemática. En su perfil de ResearchGate puedes ver una lista de sus publicaciones.
Nota: Hemos dividido la entrevista en cuatro posts, uno por bloque de contenidos: I. Cómo enfocar la enseñanza de las matemáticas, II. ABN, III. Resolución de problemas y IV. Enseñanza de las magnitudes y medidas.
II. ABN
Significativa: Hay quien presenta el ABN como el mayor avance que en los últimos años se ha hecho en la enseñanza de las matemáticas. Y aunque este tipo de aspiraciones puedan resultar pretenciosas, tampoco se puede negar que dicha metodología goza ya de una fama envidiable: cada año entra en las aulas de nuevos colegios; en internet disponemos de miles de recursos para ponerlo en funcionamiento; y su inventor, Martínez Montero, ha aparecido publicitándolo en programas de máxima audiencia, como La Sexta noche. ¿A qué crees que se debe esta popularidad?
Nuria Climent: Bueno, una cosa, lo de inventar… Yo creo que, siendo estrictos, no podemos hablar de invención. En realidad, lo que ha hecho Martínez Montero es sistematizar una metodología basada en el cálculo mental y en otros algoritmos no convencionales que ya existían. Ahí pienso que reside, principalmente, la importancia de su aporte, ¿no?
De hecho, creo que la forma en la que está sistematizado el método es una de las causas de su popularidad. Otra es que incide, sobre todo, en la aritmética elemental; que es lo que tradicionalmente se ha trabajado en la escuela: el 80% del contenido que aparece en los libros de textos es aritmética, y lo mismo ocurre con el tiempo que le dedican la mayoría de maestros y maestras en sus aulas.
Significativa: Entonces, puede ser que parte de esa popularidad se deba a que es un método con el que los docentes se sienten seguros, porque no supone un gran cambio respecto de lo que venían haciendo con anterioridad, ¿no?
Nuria Climent: En el sentido de que se centra en la aritmética, una área que siempre se ha trabajado mucho, sí; aunque también hay que tener en cuenta que el planteamiento metodológico es diferente. Lo que quiero decir es que si fuera un método para enseñar geometría no tendría tanto éxito, y estadística ya ni te digo. Pero al ocuparse de una área a la que siempre se le ha dado mucha importancia en la escuela y en la sociedad es más difícil que los docentes se cuestionen su validez.
Después, otro aspecto que me parece clave para explicar la fama del ABN es el nivel de detalle con el que ha sido desarrollado: existen múltiples materiales manipulativos e innumerables actividades; hay tutoriales por internet donde se instruye a los padres sobre cómo deben enseñar a los hijos o apoyarlos en casa; cursos formativos para el profesorado… Además, todo esto ha conseguido no solo que este método logre una gran difusión, sino también que, en cierta forma, tenga a su disposición una especie de merchandising.
Significativa: Sí, ciertamente, el ABN ofrece muchas facilidades a la hora de llevarlo a la práctica: se trata, sin duda, de uno de los puntos fuertes de este método.
Nuria Climent: Efectivamente, y eso, junto a otras cuestiones, hace que el profesorado lo vea como una metodología muy convincente. Por ejemplo, una de las maestras de infantil compañera del proyecto de investigación del que hablaba antes lo usa con alumnos y alumnas de tres o cuatro años y dice que estos son capaces de aprender con significado conceptos que, como la decena, antes se trabajaban más tarde. De esta manera, ella me explicaba cómo, al trabajar con materiales manipulativos y un tratamiento muy flexible, las operaciones que para ellos antes carecían de significado ahora sí lo tienen. Algo con lo que estoy de acuerdo, porque los algoritmos que se enseñan en ABN se pueden personalizar: el niño que necesita hacer más pasos lo hace en más pasos y el que es capaz de hacerlo en menos pues lo hace en menos. Y esto es muy importante, porque uno de los grandes problemas de la escuela, no solamente en matemáticas, es la estandarización.
Significativa: Cierto, y encima es más motivante para el alumnado; se sienten protagonistas de su particular o personalizada forma de realizar esa cuenta. ¿No?
Nuria Climent: Claro, eso también es un aliciente. Por otro lado, los algoritmos convencionales se basan en las cifras. Así, por ejemplo, se suman las unidades con las unidades, las decenas con las decenas, las centenas con las centenas… Y al trabajar por columnas es fácil que el niño pierda la idea del número completo. Sin embargo, esta y otras dificultades derivadas del trabajo por columnas no aparecen con el ABN. Aquí, la suma con llevada y sin llevada pierde su sentido; con lo que se supera uno de los obstáculos que tradicionalmente aparecían cuando se estaba enseñando dicha operación. Esto se debe, principalmente, a que a través del ABN se desarrolla mucho el cálculo mental, y este se basa en la descomposición numérica. Por tanto, yo creo que sí: los niños consiguen un mejor manejo del número.
Y luego, por último, otro de sus puntos fuertes es que en ABN, para contextualizarla, se suele acompañar la operación con problemas o situaciones. Algo muy importante, como apunté al principio cuando reflexionábamos sobre las cuestiones que considero claves en la enseñanza de las matemáticas.
Significativa: Entonces, recapitulando, hemos dicho que los puntos fuertes de esta metodología son su sistematización, el gran nivel de detalle con el que se ha desarrollado, un mejor manejo del número, una mayor personalización y la contextualización de las operaciones a través del planteamiento de situaciones o problemas. La verdad es que no son pocas sus virtudes. Sin embargo, también creo que, a veces, los docentes nos lanzamos en los brazos de las metodologías de moda sin antes reflexionar sobre sus carencias, o sin saber exactamente para lo que sirven y para lo que no sirven. ¿Qué piensas al respecto?
Nuria Climent: Estoy de acuerdo. Hemos hablado de los puntos fuertes, pero el método ABN también tiene limitaciones. Por ejemplo, dentro de lo que es el estudio sobre enseñanza y aprendizaje de la matemática a un nivel de investigación más formal no tiene tan buena acogida. Verás, tiene sus puntos de interés; pero creo que, para empezar, hay un exceso de celo en lo referente a lo que supone de transformación o de cambio: en ABN solo se trabajan las operaciones básicas y los números; por tanto, teniendo en cuenta que la aritmética es —o debería ser— solo una parte reducida del currículum de matemáticas a cualquier nivel, no podemos decir que sea una metodología que permita una gran transformación en la enseñanza de las matemáticas escolares. ¿Qué hacemos con geometría? ¿Qué hacemos con estadística? ¿Qué hacemos con la resolución de problemas que no sean aritméticos?
Significativa: Es decir, que el ABN es un buen avance en el aprendizaje, o en los inicios del aprendizaje, de la aritmética, pero se olvida de otras áreas, ¿verdad?
Nuria Climent: Por supuesto. Y creo que es peligroso que se vuelva a poner el énfasis en la aritmética: ya tenemos suficiente.
Significativa: Claro, aunque también es cierto que lo hace mejor que antes.
Nuria Climent: Sí, nadie lo niega. Pero es que también hay otros algoritmos alternativos para el cálculo numérico que son muy interesantes; no solo está el ABN. Además, en este sentido, yo me planteo si luego, en los cursos más avanzados, se da el salto a los algoritmos convencionales o no. Porque, por ejemplo, es verdad que los algoritmos convencionales tienen la desventaja de que facilitan la pérdida de la idea de número completo; pero, por otro lado, el trabajo con la unidad, la decena, etc., también ayuda a comprender la estructura del sistema de numeración. Y eso es básico para después entender, por ejemplo, los decimales. Entonces: ¿interesa quedarse con el ABN o es mejor luego dar paso a los algoritmos convencionales? Porque, además, estos últimos son más rápidos, y al final buscamos la eficacia. Yo creo que el uso del ABN es interesante cuando se comienza a trabajar la aritmética, luego hay que utilizar los algoritmos convencionales; pero hay que estudiar cómo hacer ese cambio. Algo parecido ha pasado con la resta: ya en casi todos los libros se comienza enseñando el algoritmo de pidiendo prestado; pero después se pega el salto al de las llevadas, que es más rápido.[adsense_hint]
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