Vivimos en un mundo cada vez más lleno de contradicciones y sin sentidos. A principios del pasado mes criticábamos la falta de compromiso pedagógico en los Premios Nobel 2017, al desaprovechar la oportunidad de fomentar las ciencias entre las niñas y jóvenes, y el domingo 29 veíamos cómo en el certamen de Miss Perú 2018 las aspirantes cambiaban el detalle de sus medidas por datos estadísticos sobre la violencia machista.
Una a una, las participantes de este concurso de belleza, fueron ofreciendo el número de asesinatos, abusos, agresiones, etc., de los que son objeto las mujeres peruanas: “mis medidas son 2202 casos por feminicidios reportados en los últimos 9 años en mi país”, “mis medidas son 82 feminicidios y 156 tentativas en lo que va de año”, “mis medidas son el 81% de agresores a niñas menores de 5 años son cercanos a la familia”, “una niña muerta cada 10 minutos por producto de la explotación sexual”, “más del 70% de la mujeres de nuestro país son víctima del acoso callejero”, “13.000 niñas sufren de abuso sexual en nuestro país” o “más del 25% de niñas y adolescentes son abusadas en sus centros educativos” (puedes escuchar las 23 citas en el vídeo que enlazamos al final del artículo).
Luego, durante el desfile en traje de baño, las pantallas del fondo del escenario mostraban los titulares de asesinatos de mujeres en diversos diarios peruanos: Costurero estrangula esposa, Asesinan mujer y su bebé, Pasco: acosador incrusta cuchillo a mujer embarazada y fuga, Borracho mata esposa a golpes, La quemé por ver al papá de sus hijas y 63 mujeres violadas a diario, son solo algunos ejemplos.
La noticia ha sido seguida por la prensa internacional y el hashtag #MisMedidasSon fue ‘trending topic’ la noche del domingo. Lo que ha convertido la edición de Miss Perú 2018 en un fenómeno que, al menos en lo superficial, ha logrado la sorprendente hazaña de transformar el conocido certamen de belleza en una plataforma feminista donde denunciar la barbarie y la crueldad que todos los días sufren las mujeres en ese país, y, por supuesto, en todos los demás.
Más allá de la controversia que pueda despertar el tema, pienso que este tipo de acciones son enormemente positivas, pues visibilizan un gravísimo problema social, al que, desgraciadamente, los medios de comunicación no dedican una cantidad de tiempo acorde a su magnitud. Y, como ya señalamos a principios de octubre en el artículo Premios Nobel 2017: ni una mujer premiada, es muy importante que las instituciones y organizaciones que tienen acceso a potentes medios de difusión los utilicen para poner de actualidad las realidades que hacen de este mundo un lugar tan injusto.
Para terminar, y ya desde un punto de vista pedagógico, me gustaría señalar que noticias como estas son ideales para plantear debates en clase, en los que podremos reflexionar no solamente acerca del machismo, sino también sobre la forma en la que se construyen las narrativas audiovisuales en la sociedad del espectáculo. Por ejemplo, podríamos presentar a nuestras alumnas y alumnos las siguientes interrogantes:
nota: aquí tienes el vídeo de la gala. Los pasajes que comentamos en el artículo comienzan en los minutos 3:45 y 35:40.
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