Si sigues Juego de Tronos, recordarás que la Fortaleza roja es el castillo desde donde gobiernan los monarcas de los siete reinos, pero ¿sabías que existe un conocido monumento con el mismo nombre? Nos referimos a la Alhambra, un maravilloso conjunto arquitectónico del arte andalusí situado en la ciudad española de Granada.
Alhambra es como se la designa actualmente en castellano, pero su nombre completo en árabe era más largo, «al-Qal’a al-hamra», que significa precisamente eso, fortaleza roja.
La explicación del porqué de este nombre podemos encontrarla en diferentes teorías. Por ejemplo, algunos escritos defienden poéticamente que mientras la luna brillaba sobre ella la hacía parecer plateada, pero cuando brillaba el sol sus rayos la tornaban dorada y rojiza.
Más factible, pero no por ello menos poética, es la sostenida por varios historiadores, que apuntan al hecho de que, posiblemente, gran parte de las labores de construcción se llevaran a cabo durante la noche, y que, por tanto, los vecinos del Albaicín debieron observar durante años cómo la luz de las antorchas tornaba rojiza la materia prima con la que los albañiles levantaban los muros de esta magnífica edificación.
Otra teoría, en este caso bastante simpática, es la que nos lleva al nombre de su fundador, Mohamed ban-Hamar. Según la sabiduría popular, dicho rey lucía una gran barba pelirroja y fueron los habitantes de la ciudad quienes, en su honor y en el de su barba, divulgaron el nombre con el que hoy conocemos este preciado bien cultural.
Sin embargo, lo más curioso de todo es que el nombre de fortaleza roja casa más con la actual apariencia de la Alhambra que con la que tenía en tiempos de los nazaríes, pues las crónicas islámicas hablan de unos muros encalados, algo muy típico en la visión que tenemos de los pueblos andaluces. De hecho, hay partes de la Alhambra, como el Palacio del Generalife, que aún conservan el color de la cal.
Con el paso del tiempo, la argamasa encalada que recubría los muros se fue desprendiendo. Por eso, aunque en su época de esplendor la Alhambra fue más bien una fortaleza blanca luego ganó peso el nombre actual.
Ya sabes, si quieres trasladarte a la Edad Media puedes hacerlo a través de la auténtica fortaleza roja. Así que reserva unos días de tus próximas vacaciones para visitar los fascinantes palacios y jardines de esta extraordinaria obra de arte. No verás dragones, pero sí unos paramentos reales que cautivan no solo por su belleza, sino también por las historias y leyendas que los engalanan.
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